La lucha contra la inseguridad y la inmigración ilegal son dos de los pilares sobre los que ha construido su programa.
Se ha mostrado en contra la política del euro "fuerte" del Banco Central Europeo (BCE), al que acusan de privilegiar la lucha contra la inflación al crecimiento económico y la creación de empleo..
Ha cuestionado la conducta de las negociaciones comerciales internacionales por el Ejecutivo comunitario.
Considera urgente dotar a la UE de instituciones eficaces, propone la rápida adopción de un "tratado simplificado", que retomaría la parte institucional de la Constitución y sería ratificado por el Parlamento.
Promete una "ruptura tranquila" y hacer de Francia un país donde "todo pueda ser posible", especialmente para los que creen que "no cuentan para nada".
Se declara liberal pero no conservador pues rechaza el "inmovilismo".
Una de sus propuestas más controvertidas ha sido la creación de un ministerio de "la Inmigración y la Identidad Nacional".